La competencia global ha obligado a las gerencias a revaluar las formas en las que funcionan las compañías y sus mercados. Nos encontramos ante la necesidad de desarrollo y el uso de nuevas maneras de pensar de las mejoras de la cadena de valor en la operación de empresas industriales y de servicios, maneras que se enfoquen no en la mejora simplemente por la mejora, sino en la mejora como el ímpetu de lograr avances rápidos e, incluso radicales en el mercado.
Pero, todo ello no es aplicable únicamente al sector privado. Las Administraciones Públicas también están enfrentando una serie de retos e incluso se plantea la idea de mercadizarla, es decir emplear instrumentos y procesos que han servido exitosamente en las empresas privadas.
La Administración Pública no ha sabido lidiar con la innovación y la transformación, pero no podemos imputar toda esa culpa al sector, pues, de otro lado, el Sector Público ha tenido retos
• Restricciones presupuestarias motivadas por modestos niveles de crecimiento económico y por la resistencia a una subida de los impuestos.
• Mantener los compromisos sociales y medioambientales. Se requieren mayores inversiones por una población cada vez más envejecida, una mayor sofisticación en los sistemas de salud y la renovación de las infraestructuras para que sean más respetuosas con el medio ambiente.
• Incrementar la competitividad del país porque la globalización está cambiando de forma radical las estrategias para competir en el mercado. En este entorno, la educación y el desarrollo de la fuerza de trabajo resultan esenciales.
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